10 beneficios de la gamificación en las actividades extraescolares
La educación no debe ser aburrida. Esta es una premisa que en la actualidad recorre el mundo entero. Se ha demostrado reiteradas veces que la mejor manera de educar a los niños es haciendo que el aprendizaje resulte interesante y divertido. Por supuesto, no es nada fácil hacerlo. Todos los docentes intentan enfrentarse a este desafío pedagógico año tras año, pero sus resultados no son siempre los mejores. Sin embargo, hay una solución interesante que ha ido tomando terreno y hoy vamos a compartirla contigo. Si estás preparado, entonces sigue con nosotros y descubre los beneficios de la gamificación en las actividades extraescolares.
Empecemos hablando de qué es al gamificación. En educación, este término se refiere al uso de una diversidad de juegos y métodos recreativos que favorezcan y nutran la experiencia educativa. A través de la diversión y la participación activa de los estudiantes, los niños fortalecen el aprendizaje y mejoran su atención durante las clases.
Por supuesto, la gamificación en las aulas extraescolares no supone dejar de lado las clases ni la educación. Al contrario, fomenta la incorporación de elementos lúdicos para optimizar los resultados y lograr que los estudiantes se entusiasmen en cada asignatura. De esta manera, el compromiso que dedican cada día les favorece enormemente en sus resultados académicos y promueve un mayor entendimiento.
Sin embargo, ahora que ya sabes qué es la gamificación en las actividades extraescolares, es momento de conocer sus beneficios. ¿Estás preparado? ¡Sigue con nosotros en La Roboteca y bríndales las mejores oportunidades formativas a tus hijos!
1. Incrementa el rendimiento académico
Gamificar los procesos educativos tiene un beneficio directo en el rendimiento académico de los estudiantes. Esta metodología introduce una manera totalmente nueva de plantear las clases, las evaluaciones y la manera de instruir a niños y niñas. A través de ella, un simple examen se transforma en una historia fantástica que deriva en una trivia o un complejo problema matemático evoluciona a una caza del tesoro repleta de pistas que los estudiantes deben resolver valiéndose de los conocimientos en clases.
Por supuesto, ninguno de los procesos de la gamificación son al azar. Esta metodología está perfectamente estructurada y avalada por unos principios fundamentales. Debido a ello, estructura el aprendizaje para ser adquirido desde múltiples espacios y no solo a través de la retención de información. Con los juegos, se ejercita el pensamiento lógico, el aprendizaje deductivo, el ensayo y error, y muchos otros elementos que benefician poderosamente el rendimiento académico de los estudiantes.
2. Promueve las nuevas tecnologías
Con la llegada de las tecnologías masivas y los múltiples dispositivos electrónicos, la gamificación ha encontrado nuevos espacios para explorar. En la actualidad, los estudiantes pueden acceder a cualquier cantidad de aplicaciones e interactuar con ellas guiados por el docente. Esto amplía el panorama y las estrategias de los profesores a la hora de impartir asignaturas, ya que pueden valerse de este recurso para convertir complejos ejercicios y actividades en una verdadera fiesta de la enseñanza.
Pero no termina allí. En realidad, es solo el comienzo. La gamificación también amplía el panorama de los estudiantes y los lleva a terrenos desconocidos. Gracias a ella, miles de niños encuentran nuevas áreas de conocimiento como la robótica educativa, la programación o el desarrollo de videojuegos. Debido a ello, las asignaturas adquieren un abanico de posibilidades casi infinitas. Cada elemento que se le incorpora para hacerla más lúdica y divertida, beneficia directamente el aprendizaje y la posibilidad de que los niños aprendan a usar nuevas tecnologías en su formación escolar.
3. Introduce diversión al proceso educativo
Naturalmente, uno de los mejores beneficios de la gamificación en las actividades extraescolares es convertir la enseñanza en algo verdaderamente divertido. Muchas personas infravaloran este beneficio, pero hacerlo es un gran error. Todos los niños desean estímulos positivos que los ayude a volcar su atención en aquello que están haciendo. Cuando la metodología de enseñanza se enfoca en la repetición, los estudiantes pierden rápidamente la atención y eso deriva en un bajo rendimiento académico.
Sin embargo, cuando el proceso gira alrededor de la diversión, todo cambia. Los jóvenes atienden sus clases como si se tratase de la última consola de videojuegos. No hay desafío que no les llame la atención y la dinámica de estudiar se transforma para ellos en un desafío recurrente, un momento de esparcimiento en el que adquieren herramientas y formación.
Por lo tanto, la diversión garantiza la mejor oportunidad de educar y afianzar los conocimientos. Los estudiantes adquieren se apasionan por las enseñanzas que reciben y participan de manera activa en el proceso.
4. Mejora la capacidad de concentración
Hay muchos padres que a diario observan a sus hijos frente a la televisión o las consolas de videojuego y piensan en silencio: “¿Por qué no será así en la escuela?”. La respuesta es muy sencilla y es la falta de interés en gran parte de las asignaturas. El proceso educativo necesita de estímulos, desafíos y una idea que incite a los jóvenes a adentrarse en las enseñanzas.
Por este motivo, la gamificación de las aulas crea un estímulo positivo en los estudiantes. Favorece en su capacidad de concentración ya que cuentan con elementos lúdicos que hacen del conocimiento algo tan divertido como cualquier videojuego. De esta manera, los estudiantes se involucran y trabajan para obtener grandes resultados de forma casi inconsciente.
5. Potencia la adquisición de conocimientos
Para concluir, la gamificación de las aulas potencia la adquisición de conocimientos. Esto lo logra creando un entorno que estimula la atención y la confianza de los niños para adentrarse en las enseñanzas sin temor a equivocarse ni participar. En las clases, los estudiantes van más allá de los textos y documentos, investigan, desarrollan iniciativa propia y todo ello les nace por el deseo de triunfar en los desafíos lúdicos.
Así, la gamificación promueve una experiencia mucho más dinámica y autoexigente. Los estudiantes se retan constantemente y se ven estimulados a dar más de sí mismos para alcanzar ciertos objetivos. De esta manera, mientras se esfuerzan en lograr alcanzarlos, adquieren un mayor número de conocimientos de forma integral y enérgica. ¡¿Acaso no es realmente extraordinario?!
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